Zeta, el general Oscar Bonilla, en declaraciones por television, transcritas después por El Mercurio y La Tercera,
en la primera quincena de octubre, planteó la afirmación de que los militares
"actuamos porque no teníamos otra alternativa que atacar o
dejarnos asesinar".
Es decir, según el
Ministro del Interior, general Bonilla, la insurreción militar del 11 de septiembre se hizo PARA
CONTRARRESTAR EL PLAN ZETA... ¡y ocurre que eso no figura en
ningún bando del día 11 ni siguientes! .. . ¡y ocurre que el fascista número uno, general
Pinochet, no tenía idea del llamado Plan Zeta el día 17 de septiembre!
El general Bonilla, una vez más, había cometido el error de creer
que el fascismo puede ocultar toda clase de confabulaciones y mentiras.
Pero no sólo eso: el propio Plan Zeta, como tal, es una demostración de su falsedad. Veamos. Según los generales fascistas, tal como lo publicaron después en el Libro
Blanco, el Plan Zeta en esencia
consistía en esto:
1. Asesinar a todos los generales de la guarnición de Santiago,
en un almuerzo en la Moneda. Asesinar a todos los coroneles y tenientes coroneles en el Parque Cousiño de Santiago. Asesinar a todos los demás
generales, coroneles y tenientes coroneles en las guarniciones de provincias. Hacer lo
mismo con los altos mandos de la fuerza aérea, marina y cuerpo de carabineros.
2. Copar "con tropas militares leales", aquellas "guarniciones militares
que no se rindan". Copar, con "masas movilizadas en combate", todos los
caminos principales, aeropuertos principales, puertos, puentes y servicios de utilidad
pública de Santiago, Valparaíso, Concepción, Llanquihue, Tarapacá y Antofagasta.
3. Realizar todas estas tareas el día 19 de septiembre.
Si se examinan las "tareas de combate" del Plan Zeta, es evidente que ellas
muestran lo siguiente: |